
El arte de la mesa encuentra su más hermosa expresión en la historia del poder del imperio austriaco. La sutileza y refinamiento de las pastelerías, confiterías, bollerías y cafés, han hecho de Viena una leyenda internacional.
Un viaje a Austria no estaría completo sin probar sus muy famosos sabores dulces. Por ejemplo, para comenzar bien el día, prueba los famosos croissant, invención austriaca del siglo XVII, si bien solemos olvidarlo. De hecho, el croissant simboliza la victoria contra la ocupación turca, se observa por la forma como representa el motivo de su bandera.
A cualquier hora del día, ven al encuentro de Austria y sus pasteles, sin duda una delicia. Topfenstrudel (pastel de queso), Appelstrudel (pastel de manzana), compotas de todos los tipos, Malakoff, Salzburger Nockerln, Kaiserschmarrn y Palatschinken (tortitas rellenas), tarta Sacher, tartas de frutas, rellenos de chocolate fundido, pasteles con capas, de crema, obleas, chocolates... la lista es interminable. Postres calientes o fríos, con frutas o de chocolate, hay para todos los gustos. Un viaje por Austria es definitivamente un viaje al paraíso de los pasteles, que se saborean a voluntad.
Para acompañar mejor esta inmersión en Austria, sus dulces, y sus famosas pastelerías, nada mejor que una degustación en un buen café. La variedad es tan grande que la elección puede resultar complicada: del café cortado al expresso, pasando por el café con una capa de crema batida o con una bola de helado, o el capuccino con leche caliente, todas las opciones son posibles. El café se impone como una auténtica y profunda tradición austriaca, evidentemente acompañado de un buen pastel. Esto es algo que no te puedes perder.
Los aficionados a lo salado y los platos consistentes no quedarán defraudados en esta abundante tierra. Muy desconocida, Austria y sus pasteles se presenta como una delicia en la que se combinan especias y aromas de todo tipo. El poder del imperio pasado ha sabido integrar las especialidades de cada región para ofrecer una cocina rica en cremas frescas y carne de cerdo. Aquí tienes con qué calmar el apetito de los más insaciables: knodel, schnitzel, kasnudel, stelze, Schweinebraten, Frittaten con carnes, sémola, finas hierbas y todo tipo de especias.