Montaña que se eleva a más de 2.500 metros en un panorama un poco menos elevado que en los macizos vecinos, el Rüfispitze es una excepción con su cumbre que parece a primera vista redondeada. Sin embargo, al acercarse más, la ascensión cuenta con numerosas dificultades técnicas que podrán asustar a los excursionistas no experimentados. Algunos pasajes de escalada y escaleras vertiginosas están en el programa. Para todos los que decidan lanzarse al asalto del Rüfispitze, la vista desde la cima es la más bella de las recompensas.
Para los otros, recomendaría simplemente contentarse con las bellas vistas de la cima desde la distancia, desde las ciudades de Zürs y Lech que son, ambas, dos adorables destinos montañosos que aconsejo vivamente durante una estancia en Austria.