Techo de Austria el Grossglockner es una auténtica leyenda que atrae tanto a escaladores como a turistas de paso que vienen a ver la montaña más alta del país y disfrutar de paisajes impresionantes, a caballo entre dos regiones austriacas la del Tirol y la de Carintia. Debido a su altitud, alberga además el glaciar más grande de Austria.
Lamentablemente no tuve la oportunidad de subir a la cima del Grossglockner, que es bastante técnica, pero pude tomar la carretera Grossglockner que en 48 kilómetros serpentea a través de paisajes naturales realmente increíbles: lagos de aguas turquesas, glaciares inmaculados. Una carretera no muy aconsejable a las almas sensibles: personas que le sientan mal las curvas o sufran de vértigo.
La vista de esta montaña es uno de los símbolos más famosos que podrás ver durante tu viaje por Austria. Se cree que es, después del castillo de Schönbrunn, el segundo lugar más visitado de Austria. Lo más sencillo es acercarse desde la Grossglockner Hochalpenstrass que, en su punto más elevado (Kaiser Franz-Josefs Höhe), ofrece un panorama magnífico sobre una treintena de cumbres de más de 3.000 m.
A partir de este punto, podemos ir a las cercanías del glaciar de Pasterze por el camino Gamsgrubenweg. Solo me tomó una hora de marcha y yo te lo aconsejo vivamente porque la vista, a lo largo de todo el camino, es asombrosa. Finalmente, para los amantes del alpinismo, la ascensión del Grossglockner es posible y los puntos de etapa para llegar allí son numerosos. Sin embargo, no existe más que un solo camino relativamente simple (ruta de la primera ascensión, en 1800), pero para los que quieren complicar la aventura, se describen más de 30 rutas y la dura roca de esta cumbre se presta bien a una ascensión con escalada.