Candi Dasa es un pueblo de pescadores conocido por la belleza de sus sitios de submarinismo y buceo de superficie.
Descubrí una bahía en la que el mar intentaba recuperar terreno: a lo largo de los años, los corales y el dique se fueron debilitando cada vez más e incluso acabaron totalmente destruidos en algunas partes. Los hoteles situados a orillas del mar ven día tras día cómo avanza el mar.
Solo se disfruta de la "playa" durante un breve instante: cuando baja la marea. Sin embargo, me gustó mucho la mañana de buceo. Vale la pena tomar un barco que te lleve a los mejores sitios. Hay corales de todos los colores, y son un espectáculo impresionante.
Los pescadores de Candi Dasa me dieron una cálida cogida. Les encanta charlar con la gente que está de paso y nos trataron como a sus amigos. No te sentirás como un simple turista.