
Siempre en busca de especies emblemáticas, me enteré a mi llegada al norte de la Isla Roja e que en un pueblo cerca de Diego Suárez hay un gran número de baobabs. No se necesita más para despertar mi curiosidad, así que me decidí y puse rumbo a esta pequeña aldea.
Rodeado por un río y árboles enormes de color verde brillante, Ambilo es un pequeño pueblo típico del norte de Madagascar, al pie de la Montaña de los Franceses. Sus casas son modestas, hechas de madera y hojas. El pueblo subsiste gracias a la agricultura y la ganadería. Los cebús pastan tranquilamente en los campos en barbecho, bajo la mirada de las garzas. Alrededor del pueblo se extienden los arrozales y los campos de cultivo, especialmente cerca del río que fluye cerca y que ofrece suministro de agua ilimitado.
La característica distintiva del pueblo de Ambilo está a unos cientos de metros de la aldea. Después de media hora de caminar a través de campos y pastos, aparece ante nosotros el promontorio de los suarezensis.
En medio de campos de arroz, una pequeña colina forma una especie de isla verde llena de baobabs Adansonia suarezensis , una especie endémica de la región. El efecto de estos baobab dispersos en medio del bosque es majestuoso. Superando en tamaño al resto de árboles de tamaño, los baobabs dominan el islote y muestran curiosas formas en sus copas y sus ramas.
Otra colina, no muy lejos del promontorio, nos permitirá tomar hermosas fotografías del paisaje y tener toda la isla en el objetivo Aviso a los fotógrafos :)
Después de haber paseado por el promontorio, volvemos a la aldea y vamos al río. El paisaje es totalmente diferente aquí. Los campos despejados dan paso a gigantescos árboles, cuyas hojas de color verde oscuro contrastan con el cielo azul. Los camaleones parecen tratar de competir con estos colores, tomando tonalidades rojas y verdes, casi fluorescentes.
Cerca del río, un anciano cultiva la tierra, con niños jugando a su alrededor. Enseguida que ven mi cámara, desfilan ante ella exhibiendo una gama de poses rocambolescas. Me encanta ver sus caras cuando se ven en la pantalla de la cámara. Con sus risas de fondo, seguimos el camino.
En la orilla, un grupo de mujeres lava la ropa mientras charla animadamente. Mi guía me explica que el río está habitado por cocodrilos Nildont, que pueden alcanzar los 5 metros de longitud. Viendo cómo lavan la ropa, con los pies en el agua, es un poco inquietante.
Mientras andamos por el pueblo y los alrededores, mi guía me informa sobre el papel de cebú en la agricultura local, en los hábitos y costumbres de los habitantes de la región y los diferentes cultivos de la zona. Esta escapada no sólo me permitió ver los más bonitos paisajes de baobabs del país, sino también para conocer con más detalle la vida cotidiana de los habitantes de un pequeño pueblo al norte de Madagascar. Te recomiendo que vengas y lo veas con tus propios ojos.
La forma más fácil de ir a Ambilo es hacer la reserva mediante un operador turístico. La ruta hacia la aldea es algo caótica y no se puede ir en taxi. Recientemente, los touroperadores ofrecen rutas en bicicleta de montaña en la Montaña de los Franceses, por la costa y por los alrededores de Ambilo. A tener en cuenta si planeas unas vacaciones deportivas.