La verdad es que Şuşa palidece ante la ebullición de Stepanakert, capital moderna del Karabaj. Esta ciudad, antiguo bastión azerí, fue la más gravemente afectada por el conflicto separatista. Tras la guerra, los armenios han invertido muy poco en esta ciudad, simbólicamente relacionada con el otro bando. Si te decides a visitar la ciudad durante tu viaje por Armenia, tendrás una doble experiencia: por un lado descubrirás una ciudad descuidada, casi fantasma (aunque las autoridades la van restaurando poco a poco) y, por otro, verás tesoros del pasado que muestran (¿o quizá no lo suficiente?) que Şuşa fue una de las capitales culturales del Cáucaso hace un siglo.
Aunque todo el Alto Karabaj recuerda el conflicto separatista de principios de la década de 1990, esto ocurre especialmente en Şuşa. Cuartel general de las fuerzas azeríes, fue devastada en la última fase del conflicto, cuando Armenia se hizo con la victoria. Aunque las autoridades del Alto Karabaj implantaron una política de reconstrucción y de señalización de la victoria por todo el territorio, en Şuşa lo que se palpa es la derrota y la destrucción. Lugar principal de la cultura azerí, aunque también tenía una población armenia antes de la guerra, en un siglo ha pasado de ser una ciudad floreciente y cosmopolita (de las más famosas de todo el Cáucaso, por encima incluso que Ereván), a convertirse en ciudad de última categoría, demolida al 80%. Contaba con 15.000 habitantes en 1989 y ahora solo tiene 4000. Desde el punto de vista histórico, visitar Şuşa te enseñará más sobre la guerra que cualquier museo. Las casas, todavía destruidas, el tanque conmemorativo que dejaron las fuerzas armenias tras el conflicto y el estado de los edificios relacionados con la cultura azerí hablan por sí solos.
Sin embargo, también puedes dejarte fascinar por las reliquias del pasado que, contra viento y marea, han resistido en Şuşa. Entre estos valiosos vestigios, que recuerdan a los tiempos en los que Şuşa tenía unos diez caravasares y un montón de fabricantes de alfombras de entre los más refinados de Oriente Medio, artesanos de instrumentos, trovadores y juglares, está la mezquita Aschagi Govhar Agha. Obra maestra del estilo persa chiíta, su fachada actual data de la década de 1860. A pesar de los graves daños que sufrió, sigue luciendo sus magníficos minaretes dobles y arabescos de la sala principal y se ha renovado y restaurado en los últimos años. Seguramente también te sorprendan los impresionantes fragmentos de murallas que datan de finales del siglo XVIII y que fueron realizados por Panah Khan, un poderoso soberano del Karabaj de entonces. Las ruinas del palacio de Panah Khan son otro testimonio, aunque parcial, de la gloriosa historia de Şuşa en los buenos tiempos del Karabaj. La cultura armenia está representada por dos iglesias del siglo XIX, que, en cambio, están perfectamente renovadas: la catedral Ghazantchetsots y la iglesia de Kanatch Zham, que domina sobre la colina. También podrás contemplar una iglesia rusa y las ruinas de distintos monumentos de la ciudad colonial del siglo XIX. En el museo de historia de Şuşa podrás aprender más sobre la historia de la ciudad, contada por los armenios.