Vientián (Laos)

Me habían recomendado no pasar mucho tiempo en Vientián durante mi viaje por Laos. Por eso, me llevé una agradable sorpresa cuando llegué a esta capital, muy rica en cultura y cargada de sorpresas. Me gustó mucho pasearme en bicicleta: puedes alquilar una en la mayoría de hospedajes o directamente en la calle.

El inmenso mercado local, situado en el centro de la ciudad, es una visita ineludible en Vientián. Allí encontrarás de todo: comida, animales, ropa y diferentes objetos. Asimismo, merece la pena visitar los numerosos templos que existen, como el de Wat Si Saket o el de Wat Haw Pha Kaeo.

La visita que más me ha marcado durante mi viaje fue la del centro asociativo COPE, que proporciona prótesis a las víctimas de las minas antipersona (que aún sigue habiendo en Laos). 

Vientián es sinónimo de la modernidad y la tradición de Laos. Se nota desde que uno pone el pie en la ciudad. En esta ciudad visité tantos museos como templos. Pero también fui para descubrir los sabores asiáticos en el mercado de Talat Sao. Aparte de ropa, joyas y material informático en el Talat Sao podrás encontrar también un mercado de frutas y verduras típicas de la zona.

Considero que el paseo por la orilla del Mekong es muy agradable y te permite escapar de la densa circulación de Vietián. Podrás disfrutar de la animación de los bares después del mercado nocturno, donde venden desde artesanía tradicional hasta ropa o productos tecnológicos.

Creo que Vientián sigue siendo un trampolín hacia el resto de tesoros por descubrir durante un viaje por Laos.

Permanecí en Vientián durante dos días, no me entusiasmó, es tan diferente de la otras ciudades del sudeste asiático. La capital de Laos me decepcionó bastante, quizás porque la encontré demasiado tranquila, por no decir "aburrida", después de haber visitado ciudades con mucho más movimiento. Recomendada para los amantes de los viajes de descanso.

La ciudad es bastante pequeña y a escala humana, por lo que me pude pasear a pie. Hay grandes avenidas y su arquitectura está muy marcada por la época colonial. He podido ver muchos restaurantes que ofrecían una cocina muy internacional, sobre todo francesa.

Desde un punto de vista histórico, no encontré monumentos antiguos para visitar. Está el museo nacional de Laos, pero no me pareció impresionante, y también el Patuxai, un arco del triunfo, dedicado a las combatientes contra Francia por la independencia del país.

Capital de Laos, Vientiane es, sin embargo, bastante menos conocida que Luang Prabang. Durante mi viaje por Laos, llegué allí por la tarde, a las 19h, y tuve todo tipo de problemas para encontrar una habitación libre.

Al día siguiente descubrí la curva del Mekong que tiene aquí la forma de una luna creciente. Es en referencia al río que Vientiane es también conocida bajo el nombre de "Ciudad de la luna". Las amplias y largas avenidas, las antiguas casas coloniales dan a esta capital un aire de pesado adormecimiento. ¡Qué calma! Fue aquí donde los tailandeses robaron el Buda de Esmeralda que se expone en el Wat Phra Kaeo en Bangkok. Sin embargo, no le encontré ningún encanto especial a esta ciudad. Aquí estamos bien lejos de las maravillas de Luang Prabang.

Vayamos a ver los mercados de Talat Sao y de Khua Din. Más que un mercado con productos improbables, es en realidad un gran centro comercial. Decepcionante pero te aconsejo que pruebes ahí el sandwich Lao con carne de cerdo muy fibrosa y una ensalada. Es extraño pero no está mal. Una vez saciado, hay que continuar hasta Patuxai, especie de gran Arco de Triunfo. Apenas un poco más lejos se encuentra el sitio religioso más venerado de Laos. Wat That Luang en un inmenso templo budista sagrado. Guarda un cabello de Buda y las cenizas de su cadera.