Siempre a la búsqueda de los baobab de la zona por mi trabajo, pude oír que algunos ejemplares de dansonia suarezensis habían encontrado refugio cerca de una antigua fortaleza llamada el castillo de Windsor.
Una vez que llegué a Diego Suárez, contacté con un guía para saber más y visitar el lugar. El guía me explicó que es posible hacer una caminata hasta lo alto de la fortaleza y disfrutar de sus vistas de la región. Concertamos reunirnos al día siguiente para salir a descubrir este lugar que yo aún no había visitado, a pesar de mis numerosos circuitos por Madagascar.
El castillo de Windsor es una antigua fortaleza construida por los franceses en 1900, sobre un promontorio de 400 metros de altura, cerca de Diego Suárez. Uno puede imaginarse el trabajo que llevó en su momento subir todas esas piedras bajo un calor sofocante...
Gozando de unas vistas excepcionales de la región, decidieron establecer un puesto de observación, desde el que se podía ver llegar al enemigo. Un esfuerzo en vano, ya que con la invasión de la bahía del Courrier por los Ingleses en 1942, la línea telefónica se cortó y el puesto de observación dejó de poder prevenir a nadie. Hay momentos como éste...
Nos dirigimos hacia el castillo de Windsor. Por el camino, pasamos por las salinas que producen gran parte de la sal del país. El viaje comenzó poco después, cuando nos embarcamos en una caótica ruta que parecía durar horas.
Mientras realizaba el ascenso, descubri que el viaje merecía la pena, ya que, al llegar, podría disfrutar de las vistas desde el promontorio... La subida a la fortaleza lleva alrededor de dos horas, con una pendiente pronunciada y un sol intenso. Afortunadamente, cuanto más se asciende, hace más viento y baja la temperatura. Prevé llevar agua, porque ¡la sed arrecia a la cima!
Por el camino, observé muchas especies endémicas de la región, incluyendo los pachypodium windsorii, que adoptan el nombre del lugar, muchas euforbias y, por supuesto, los baobab que buscaba.
En la cima, el panorama es impresionante. El paisaje se ve en un ángulo de 360 ºdesde la fortaleza, que ofrece unas vistas increíbles de la región. Al norte, se extiende un entorno desértico que conduce a Cabo Ámbar, el punto más septentrional de la isla, accesible solamente en la estación seca. Al sur, la mirada se pierde en dirección a las salinas. A tu izquierda, verás la bahía de Diego Suárez, a la derecha, el canal de Mozambique... A los pies de la fortaleza se puede ver la bahía del Courrier y su magnífica playa, donde los bungalows invitan a pasar unos cuantos días en el fin del mundo para un viaje de relax.