La segunda bahía más grande del mundo
Antsiranana o Diego Suárez es la capital de la región de Diana, en la parte norte de Madagascar. Es el tercer puerto del país y juega un papel económico importante en la región. El turismo tiene un lugar privilegiado, ya que la ciudad y los alrededores son de los destinos más visitados de la isla.
La ciudad lleva el nombre de dos exploradores portugueses, Diego Díaz y Fernán Soares, quienes supuestamente la descubrieron hacia el 1500. Anteriormente enclave pirata, la ciudad de hoy en día tiene poco más de 100.000 habitantes. Menos conocida que Río de Janeiro, la bahía Diego Suárez es, sin embargo, la segunda bahía más grande del mundo.
Una leyenda sorprendente
Por su estratégica ubicación, la ciudad de Diego Suárez y sus alrededores fueron ocupadas por las tropas francesas en 1885. La ciudad vivió una fuerte expansión alrededor de la industria militar.
En 1942, los ingleses tomaron Antsiranana, que estaba bajo el dominio de la Francia de Vichy, durante la operación Iron Clad. Las llaves de la ciudad fueron devueltas a Francia al final de la Segunda Guerra Mundial, y luego al país en 1960, cuando Madagascar logró la independencia.
Hay una leyenda que corre por ahí sobre la ciudad de Diego Suárez. Dice que en el siglo XVII se habría fundado una república llamada Libertalia, por el capitán Misson y un monje llamado Carracioli, en las proximidades de Anstiranana. Mito o realidad, esta república utópica habría sido poblada por hombres libres, piratas y esclavos liberados.
Paseando por la vieja ciudad
Diego Suárez es una ciudad agradable y pintoresca. La plaza Foch en el centro de la ciudad justo al borde del mar y la arquitectura antigua de los edificios le da a la ciudad un ambiente relajado.
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@FlickrccMauritsVermeulen
Alrededor de la gran plaza central está el ayuntamiento, la oficina de correos y la oficina de turismo de la región. Bajando por la avenida Colbert encontrarás muchos hoteles y restaurantes. La avenida es muy tranquila durante el día y por la noche se despierta al ritmo de la música y de la vida nocturna, que dura hasta altas horas.
Los edificios coloniales envejecen en silencio, frente al mar. Te recomiendo que sigas caminando hacia la bonita plaza Joffre, con vistas a la bahía y a la península de Cap Diego.
Al este de la Plaza Foch hay calles estrechas que conducen a los hoteles más tranquilos. Desde la cala Melville, la bahía Diego Suárez ofrece un hermoso paisaje en el medio del cual está el Nosy lonjo o "pan de azúcar" de la bahía.
Esta ciudad es un punto de partida ideal para explorar la costa norte de Madagascar y sus playas de ensueño.
