Reconocible por su techo dorado, el templo de Pashupatinath está en medio de un complejo de templos, junto con otros tesoros culturales del valle de Katmandú. Atravesado por el río sagrado Bagmati, en cuyas orillas se hacen cremaciones, este templo es uno de los más increíbles de Nepal por el fervor que suscita. Merece la pena verlo.
Los sadhus son figuras emblemáticas del templo, cubiertas de ceniza y vestidos de naranja o desnudos. Fieles entre los fieles, estas figuras han renunciado a la vida en sociedad para centrarse en adorar al dios Shiva. En el bosque que hay junto al templo y en los bordes de los ghats viven numerosos monos, que piden comida a la gente que pasa. Añaden carácter al lugar. Es un imprescindible en tu viaje a Nepal.
*Después de los fuertes terremotos que asolaron Nepal en abril y mayo de 2015, el país se recompone poco a poco. Este artículo fue escrito antes de la catástrofe.