Hacen falta 7 horas de caminata para llegar al remanso de paz que nos ofrece Muktinath, tras 900 m de desnivel positivo y 1600 m de desnivel negativo. A la llegada a la aldea, todo es doloroso, incluso para los auténticos aficionados al trekking. Y aunque hay que mostrar las credenciales en el puesto de control, y volvamos a ser "víctimas" del insistente turismo local, nada te afectará tras la victoria de haber conseguido cruzar el paso.
Los paisajes son extrañamente menos difícles y en el fondo nos beneficiamos de los imponentes Annapurnas.
Además, con un poco de suerte, encontrarás agua caliente, la cual es especialmente apreciada pues en etapas anteriores nos vimos privados de ella.
*Traslos fuertes terremotos sufridos en Nepal en abril y mayo de 2015, el país se va reconstruyendo poco a poco. Este artículo se ha escrito antes de la catástrofe.
A Muktinath siempre se llega tras un buen periplo. Desde Pokhara y el valle, la ascensión total hasta el pueblo hace un total de más de 20 horas en jeep. Situ recorrido por Nepal es un tanto corto, el avión puede ser la solución hasta Jarkhot, aunque los vuelos suelen ser cancelados con frecuencia debido al mal tiempo, así que hay que prever tener que pasar uno o dos días en Pokhara.
El pueblo, al comienzo del camino, no ha cambiado desde hace siglos. El templo, bastante pequeño, es en realidad uno de los ocho sitios más sagrados para los seguidores de Vishnú, además de ser uno de los más antiguos. Una estatua del dios en oro macizo preside el lugar, y en el patio, 108 fuentes fluyen y lavan los pecados de los peregrinos.
También hay que ver la llama eterna, procedente de la fuga de gas natural de una roca y cuyo resplandor nunca se apaga. Para los budistas el lugar es sagrado también y hoy día un Lama se encarga de cuidar el sitio.
*Traslos fuertes terremotos sufridos en Nepal en abril y mayo de 2015, el país sigue reconstruyéndose poco a poco. Este artículo se ha escrito antes de la catástrofe.