Visitar el lago Ba Be equivale a recorrer rutas de aventura, ver pequeñas cascadas y conocer a los habitantes locales. El precio de la entrada es irrisorio en relación con todas las cosas que podrás ver.
La actividad principal es un pequeño recorrido en barco, pero yo preferí pasear a pie o en moto. Si eres un amante de la naturaleza, este es tu destino ideal. Cuando te aventures por los senderos o acompañes a los habitantes locales a sus casas, te encontrarás en medio de unos paisajes salvajes donde viven familias enteras cuyo único recurso es la agricultura. Atrévete, estos encuentros valen su precio en oro y para mí fueron momentos de intercambio muy enriquecedores.
En el Parque Nacional se duerme con los habitantes locales, en sus casas sobre pilotes donde todo está preparado para los turistas, con las comodidades básicas. No siempre comía con la familia de acogida porque a veces el precio me parecía poco ajustado. Me iba a los puestecitos que hay cerca del agua, que no parecen gran cosa pero que a mí me encantaron.
Me levantaba pronto todas las mañanas para observar la vida de los lugareños en los campos, con el paisaje descubriéndose poco a poco a medida que se levantaba la bruma matinal. ¡Fascinante!