Tres años antes había hecho el típico crucero sobre la bahía de Halong : bonitos paisajes, pero demasiados barcos y demasiado ruido.
Esta vez, me tocó descubrir Bai Tu Long. La tripulación se ocupó fenomenal de nosotros. ¡Con la guía trilingüe nos partíamos de risa! Tuvimos la buena suerte de disfrutar de un tiempo sublime: el sol hacía centellear el agua de color esmeralda.
Todas las actividades estaban al margen del turismo de masas. La visión de la entrada de la gruta es grandiosa; nos quedamos más tiempo de lo normal admirando las grandes velas marrones dejándose llevar por la corriente a lo lejos. El paseo en kayak estuvo muy animado, con bromas y risas de todo tipo.
La única pega es que la visita a los cultivos de perlas me pareció un poco forzada, aunque ni se acerca al "Disneyland" de la gruta de las sorpresas de Halong.