Esta amplia región del suroeste de China está atravesada por cuatro ríos principales, pero posee ¡más de 1.700! Los amantes de la naturaleza estarán más que encantados aquí. Flores y plantas raras rodean los lagos y las montañas, para unas caminatas llenas de sorpresas.
Con frondosos bosques alpinos y los refugios del panda gigante, tendrás mucho donde elegir para descubrir las maravillas naturales de Sichuan. Personalmente, la reserva natural del valle de Jiuzhaigou y su lago de las cinco flores fue lo que más me cautivó. Los árboles de un intenso color verde se mezclan con las cristalinas aguas turquesas. Entre las cascadas y los lagos, pasé por pueblos típicamente tibetanos.
Según cuenta la leyenda, un dios ofreció un espejo a la diosa que amaba, pero ella lo dejó caer. Éste se rompió en 118 trozos, que formaron los lagos. Desde entonces, el valle es un lugar algo aparte de China a donde me gusta ir en verano para disfrutar de paseos alrededor del agua.
Si la naturaleza es honrada aquí, las maravillas culturales tampoco se quedan atrás. Recomiendo dar prioridad a Leshan, donde te aguarda un buda de 71 metros de altura. Tallado directamente en la misma roca de la ladera, es el más grande de su tipo en el mundo. Atrapados por la sorpresa, todo el mundo puede observar cuidadosamente este monumento y, de paso, ¿por qué no hacer una oración?
Para los amantes de la cultura tibetana, no hay que perderse los numerosos monasterios de las estribaciones del Himalaya, ni tampoco los de Tagong. Allí, se celebra todos los años el festival del caballo, de obligada visita, si tienes la oportunidad, para ¡una auténtica inmersión en la cultura local!
Imposible hablar de Sichuan sin citar al panda gigante. En 7 reservas naturales y 9 parques de la región viven la mayoría de los últimos pandas gigantes, todavía en libertad. No te pierdas el centro de investigación y reproducción del panda gigante de Chengdu, para saber más sobre este icónico animal en peligro de extinción y observarlo en condiciones casi naturales.