Irlanda en julio es un verdadero paraíso para los amantes de los festivales. Entre los imprescindibles, mencionamos el Festival de folk y bluegrass de Westport, el Festival de surf y música Sea Sessions y el festival culinario Taste of West Cork. Para una experiencia única, ¡no te pierdas Puck Fair, donde se corona a una cabra como reina del pueblo!
Las actividades al aire libre, como senderismo, ciclismo o equitación también son ideales para disfrutar de los paisajes verdes. Para los amantes del deporte y la adrenalina, ¿por qué no probar el coasteering?
Por último, no olvidemos las visitas culturales, que también son ideales para los meses de invierno. Dublín ofrece excursiones completas con un crucero a las islas Moher, mientras que los amantes del whisky podrán visitar el Guinness Storehouse o la destilería de whisky Jameson's Dublin. Y todo ello ¡sin olvidar Dublín, Cork, Connemara, la Calzada del Gigante, Belfast, Sligo, Kerry y Donegal!