Hay una famosa canción del francés Michel Sardou en honor a esta región, situada en el extremo occidental de Irlanda. Habla de una "tierra quemada por el viento" y de "páramos de piedra alrededor de los lagos". Justo eso me encontré en Connemara.
Grandes espacios salvajes que se extendían hasta donde alcanzaba la vista e imponentes montañas de tintes oscuros en el horizonte, rodeando unos páramos de tierra rojiza. En medio, lagos y ríos.
Estos paisajes me impresionaron mucho. Me sentí insignificante ante esta naturaleza tan particular. Atravesé Connemara en coche, así que pude pararme cuando quise al borde de la carretera para pasear, hacer fotos, o simplemente disfrutar del silencio. ¡Atención, amantes del senderismo!
Ovejas, lagos, montañas y llanuras desérticas son las cuatro cosas que mejor describen la región de Connemara. En cuanto el cielo se cubre, allí reina una atmósfera digna de un libro de las hermanas Brontë, pero basta con un rayito de sol para caldear rápidamente el ambiente.
Me encantó recorrer la carretera costera Sky Road, donde el azul del mar se junta con el verde de las montañas. También te recomiendo hacer la ruta de varias horas que llega hasta la cumbre de Diamond Hill, una de las doce montañas (Twelve Bens) de la zona, que me dejó contemplativa por la enorme belleza de la región. Desde sus 445 metros de altura, podrás observar la diversidad de la región con sus lagos, sus montañas y sus bosques.
He ido dos veces al parque de Connemara. La primera, durante un circuito por Irlanda que salía de Galway, y la segunda, en una excursión de un día que salía de Dublín.
Me gustó más la primera vez, ya que pude recorrer este parque nacional durante tres días y apreciar plenamente sus paisajes legendarios y salvajes, como bañados por una luz mágica. Guardo en mi memoria unos panoramas que parecían salidos de lienzos de pintura. ¡Me encantó la imagen de una Connemara rosa durante la puesta de sol!
La segunda vez, pasé algunas horas en Connemara a bordo de un ferry y a plena luz del día. Durante esa visita pude disfrutar del aire limpio y las aguas cristalinas del parque. Sin embargo, el momento fue menos mágico. El parque de Connemara no se limíta a su lago y no se puede visitar en dos horas. Si puedes, te recomiendo quedarte dos días en Galway. La capital de la región es el punto de partida ideal para disfrutar por completo de los tesoros de este parque que se encuentra en su litoral.