¡En Armenia estás a punto de descubrir un arte único y singular! Los jachkares son una de las muestras más originales y emblemáticas del arte religioso armenio. Estas losas rectangulares pueden tener un carácter votivo, conmemorativo o funerario. Llevan una o más cruces grabadas con arabescos, frisos y motivos diversos, a menudo abstractos. Se alzan en lugares religiosos y paganos y están clasificados por la Unesco como patrimonio inmaterial de la humanidad. A orillas del lago Seván, en Noradouz, se encuentra el mayor cementerio de jachkares del mundo. En total, reúne 728 lápidas de los siglos IX al XVII.
Fue a orillas de un lago espléndido, el Seván, donde se consagró el arte de los jachkares. En el pequeño municipio de Noradouz hay un cementerio medieval donde las tumbas llevan por lápidas únicamente jachkares. Se ha mantenido en un estado de conservación sorprendentemente bueno. Al recorrer este cementerio tan impresionante, uno se pregunta sobre el significado profundo y a menudo enigmático de estas ornamentaciones tan orientales, aplicadas al uso cristiano de la cruz. Con los 728 jachkares que coronan las tumbas de Noradouz, se nos descubren nueve siglos del arte de la talla en piedra, en forma de lápidas armenias que datan desde el siglo IX hasta el XVII. Cada uno es una creación única: todos tienen la misma forma rectangular y están tallados en la misma piedra, el basalto típico de la región. Sin embargo, los motivos, la forma de la cruz y el diseño son siempre diferentes.
Aunque la cultura armenia presenta características únicas, es seguramente el arte del jachkar su mayor distintivo. Es algo que no existe en ninguna otra cultura del mundo. Son muchas las características que colocan esta vía creativa completamente al margen de cualquier otro estilo artístico relacionado con la cruz: el procedimiento para tallar la piedra, la manera de representar la cruz, grabada sobre una losa (en vez de esculpida), la forma rectangular (y no de cruz), los motivos ornamentales con un estilo tan persa y oriental, el refinamiento mediante el entrelazamiento de varias cruces... La utilización de los jachkares también contribuye a su originalidad. En Noradouz los verás como las clásicas lápidas, mientras que en los caminos que cruzan las mesetas sirven para conmemorar alguna batalla o el paso de alguna personalidad destacada. En torno a muchas iglesias y monasterios pueden tener carácter votivo: rogar por el alma de alguna persona, viva o muerta. A veces, el jachkar tiene la misión de proteger un lugar del demonio...
Después de empaparte del arte de los jachkares en el sitio más emblemático, las orillas del lago Seván, ya estás listo/a para emprender un viaje por Armenia sin perder detalle de este arte tan complejo como sorprendente. Por los caminos, en los monasterios, de Sanahin a Noravank, de Haghartsin a Etchmiadzin, por todas partes te irás encontrando más de estas joyas. Para mí, el monasterio de Geghard se lleva la palma. Cuenta con una serie impresionante de jachkares rupestres esculpidos en las paredes de las cuevas y en el acantilado.