La diversidad del país sorprenderá a los amantes de los grandes espacios naturales. El 40% del territorio se encuentra por encima de los 2000 metros de altitud... ¡Ahí es nada! Y las montañas chinas se encuentran entre las más altas del mundo.
Tras el Himalaya, que separa China de la India, se encuentra la meseta tibetana, ubicada entre la cordillera del Karakórum y la cordillera Kunlun. La naturaleza es impresionante en este lugar. A medio camino entre una región arenosa y una pantanosa, contiene numerosos lagos de agua salada y paisajes muy diversos. Un poco más allá, al noroeste, China cuenta con dos cuencas desérticas separadas por las montañas de Tian Shan.
Hacia el sur, cerca de la cuenca del Tarim, se extiende una región rica en carbón, petróleo y minerales. La fauna, al igual que la flora, es variada y abundante. Al norte, una región árida hace de frontera natural con Mongolia. La frontera está definida concretamente por el macizo de Altái y el desierto de Gobi. La región cuenta con una reserva única en el mundo, que muchos fotógrafos han inmortalizado en numerosas ocasiones. Los animales y las plantas se adaptan a un ambiente hostil y a unas condiciones de vida extremas. Íbices, argalis, leopardos de las nieves, castores y aves rapaces conviven en armonía. Han conseguido sobrevivir en un clima muy hostil que impone respeto. Es una delicia admirar sus plantas, sobre todo los bonitos arbustos que crecen en las arenas y que florecen en mayo.
Cuando abandonamos el oeste y conforme nos acercamos al centro y al este, el relieve se suaviza considerablemente. La altura de las montañas es cada vez menor y se pueden distinguir nuevos accidentes geográficos.
Por un lado, la impresionante meseta de Mongolia, al norte de la Gran Muralla. Situada a una altitud de 1000 metros, es muy salvaje y característica. Más adelante, se alzan las montañas Yin, a 1400 metros. A medida que nos acercamos al sur, a la llanura del río Yangtsé, la densidad de población va creciendo progresivamente.
Aquí, el clima es tropical. Además de ser mucho más agradable, permite que el arroz se pueda recolectar dos veces al año. Los arrozales son un regalo para la vista. Ocurre lo mismo con las plantaciones de té, situadas un poco más adelante. La atmósfera del lugar es idílica y los nombres de los lugares invitan a soñar. Por ejemplo, al sur, se encuentra la cuenta del “río de las Perlas”. Un lugar con muchísimo encanto. Las regiones litorales están conformadas por llanuras y colinas no demasiado altas. Son ideales para la agricultura. En esta región, desembocan en el mar los tres grandes ríos chinos, formando deltas.