Érase una vez unas tribus gaélicas...
En el año 500 a. de C. llegaron a la isla irlandesa los primeros celtas. Las tribus gaélicas dividieron el territorio en cinco grandes provincias. Se dice que en el año 432 llegó a Irlanda San Patricio. Como obispo de Irlanda, predicó el Evangelio a los diferentes reyes irlandeses llevando consigo el símbolo de la hoja de trébol, que representaba para él la Santísima Trinidad. En el año 796, los vikingos invadieron Irlanda y construyeron numerosas ciudades costeras, entre ellas Dublín (visita obligada durante tu estancia). En 1014, finalizó la dominación vikinga: Brian Boru, por aquel entonces rey de Irlanda, logró derrotar a los daneses.
El rey Enrique II de Inglaterra logró la soberanía gracias al tratado de Windsor en 1175. Dos siglos más tarde, la Corona de Inglaterra redactó los Estatutos de Kilkenny, según los cuales se prohibía a los habitantes y a los regentes anglo-normandos impregnarse de la cultura gaélica. En 1541, Enrique VIII de Inglaterra se coronó rey de Irlanda e intentó sin éxito imponer el protestantismo. En 1558, Isabel I fue proclamada reina. Preconizó la tolerancia religiosa y su reinado estuvo marcado por una gran prosperidad económica así como por una literatura y un teatro muy prolíficos. En 1649, Oliver Cromwell sometió a Irlanda a la dominación de la Commonwealth de Inglaterra y distribuyó las tierras entre los ingleses. Doscientos años más tarde, en 1846, tuvo lugar la tristemente famosa Gran hambruna, que masacró a los irlandeses provocando un importante descenso demográfico del país.
El estatuto conocido como “Home Rule”, que dotaba al país de cierta autonomía, fue creado en 1870 y votado en 1914. Charles Parnell se convirtió en un héroe nacional al conseguir la liberación de prisioneros y al implantar la reforma política de la propiedad de las tierras. En 1905, el partido conocido como “Sinn Féin” ganó las elecciones legislativas y autoproclamó la independencia. En ese momento comenzó la lucha armada. La milicia Irish Volunteers (Voluntarios Irlandeses) se formó para defender la “Home Rule” y en 1919 se unió al IRA (Irish Republican Army). Más de 200 personas encontraron la muerte en el Alzamiento de Pascua en 1916. Irlanda estuvo marcada durante años por la violencia y en 1921 la división del país en un estado libre de Irlanda y un estado de ocupación británica no mejoró las cosas. En efecto, el país se encontraba dividido entre los unionistas y los independentistas. Entonces, estalló la guerra civil.
La Constitución de 1922 permitió apaciguar en cierta medida las tensiones e Irlanda experimentó un cierto desarrollo agrícola antes de la crisis de 1929. Originado en el seno del Sinn Féin, el partido Fianna Fáil obtuvo la mayoría de los escaños en el Parlamento y su fundador Eamon De Valera proclamó la independencia. La República de Irlanda nació oficialmente en abril de 1949. Irlanda se anexionó a la CEE en 1972 y posteriormente a la Unión Europea en 1991. En 1972 tuvo lugar el tristemente célebre “Bloody Sunday” durante el cual hubo fuertes enfrentamientos entre ingleses a irlandeses. A pesar del alto el fuego anunciado en 1994, la violencia y los atentados del IRA se prolongaron algunos años más. El IRA no depuso las armas de forma definitiva hasta 2005.
Irlanda legalizó el divorcio en 1995. Vivió un fuerte desarrollo económico desde aquel año, con un crecimiento del 10% de media entre los años 1995 y 2000. La crisis económica de 2008 fue especialmente dura en este país y a día de hoy no se puede decir que se haya recuperado del todo. Un país cargado de historia.