Hvalfjordur es un gran fiordo del oeste del país que hace dar un gran rodeo a los que se dirigen al norte, concretamente a la península de Snaefellsnes.
Desde hace varios años, un túnel subterráneo atraviesa Hvalfjordur, dejándote a las puertas de Akranes y permitiéndote seguir todo recto. Debo admitir que al principio tomé el túnel, ya que se gana mucho tiempo y se evitan 45 km de curvas por los fiordos. Hace poco, decidí dar la vuelta. No me arrepentí, porque las vistas sobre el fiordo son sublimes: entre mar y montaña el paisaje es grandioso.
Al fondo del fiordo es posible pararse a hacer una caminata para visitar la bella cascada de Glymur. Es la más alta del país pero hay que caminar bastante para llegar y por eso es menos popular.
Hvalfjördur significa "fiordo de las ballenas". En su tiempo, albergaba una de las más importantes bases balleneras de Islandia. Durante la Segunda Guerra Mundial y, después, durante la Guerra Fría, este fiordo sirvió además de campamento base para los aliados. Los vestigios de una de estas bases se encuentran al final del todo del fiordo. No dudes en pararte allí, aunque, por desgracia, está prohibido entrar.
La principal atracción de Hvalfjördur es, por supuesto, la cascada de Glymur. Con sus 190 metros, es una de las cataratas más altas del país, y sería una pena que no la incluyeras en tu viaje por Islandia. La pista para acceder a ella es practicable para todo tipo de coches. Una vez en la pista, te alucinará el aspecto salvaje y preservado del lugar, sensación que irá en aumento a medida que avanza la ruta. Es como si volvieras a la era de los dinosaurios. Incluso no te sorprendería ver pasar un pterodáctilo por encima.
Si te apasiona la pesca deportiva, el río Laxa in Kjos es como la meca para los pescadores del salmón salvaje, pero no se lo digas a nadie: ¡es uno de los secretos mejor guardados de Islandia!