Noruega se distingue por muchos aspectos: es el país más septentrional de Europa, pero también aquel con menor densidad de población del continente. Ocupa, además, la primera posición en la clasificación mundial del Índice de Desarrollo Humano. Un país, por lo tanto, en el que sienta bien vivir… ¡pero en el que también sienta bien viajar! Entramos en el dominio de la madre naturaleza. El mar y las montañas se unen para formar paisajes extraordinarios. Los parques naturales, lagos, glaciares y bosques son el honor de Noruega. Un país que ofrece caras muy diferentes en función de las estaciones: en verano los días parecen no terminarse nunca, el sol es ardiente y generoso, y puede incluso verse a medianoche… En invierno la naturaleza se engalana con un gran manto blanco, y triunfan los deportes de invierno. También es la estación ideal para rendirse al encanto de las auroras boreales. El viaje desde España valdría la pena solo por contemplar este espectáculo evanescente… Noruega es un país ideal para un viaje en familia: ¡puedes regalarle a tus hijos una visita al país del mismísimo Papá Noel!
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