El calor es agobiante y la sequía, brutal. Uno se siente frágil aquí. La sabana tiene todo el poder. Guardo un mágico recuerdo de las noches que pasé solo, en medio de esos grandes espacios.
Es posible observar a los animales por la noche, cuando están más tranquilos. Los guías, kenianos principalmente, advierten cualquier cosa. Se dan cuenta de la menor gacela y de cada rinoceronte que pasa, contribuyendo a un mayor disfrute de tu viaje.
Salida de Mombasa, en mi caso, en todoterreno. Mi guía se llamaba Maboutou. Recorrimos kilómetros de ruta en tierra, mientras veíamos desfilar el paisaje y a los campesinos en busca de agua. El ambiente era seco y el polvo me llenaba la cara. Estamos en el país de los masái, pastores nómadas, engalanados de joyas con perlas coloridas.
El safari es como una ruptura en el tiempo. Observar la vida salvaje tan de cerca se revela como algo irreal: las jirafas en sus posiciones entrelazadas, las cebras y sus rayas perfectamente dibujadas...
La reserva de Massai Mara fue para nosotros un intenso resumen de todo lo que uno puede ver en un safari por Kenia. Tendrás muchas posibilidades de ver a los "Big Five" (elefantes, rinocerontes, búfalos, leopardos y leones) si te quedas suficiente tiempo. También podrás ver antílopes, gacelas, girafas, cocodrilos, jabalíes, hienas, cebras hasta que te aburras... Por otra parte, hablando de cebras, ¿sabías que existen de dos tipos: las de rayas blancas y las de rayas negras (una broma común entre los guías de las patrullas)?
Entre dos excursiones tendrás tiempo también de disfrutar de la artesanía massai (más cara que en el mercado massai de Nairobi), y ver exhibiciones de ritos tradicionales que suelen hacerse en los "lodges". Uno de ellos intentó comprar a mi madre por 50 vacas...
También tuvimos la increíble suerte de hacer un tour en globo aerostático. Saliendo al amanecer para aprovechar al máximo las vistas de los animales, los rebaños que trazan su caminos por las hierbas altas, girafas que huyen a nuestro paso (es divertido ver a una girafa corriendo). Tras aterrizar, te espera un desayuno con champán en medio de los babuinos de la sabana. Una experiencia única.