Sucedió poco después de mi llegada a Kenia. Saliendo de Nairobi, me dirigía a Samburu. Mi guía y chófer se detuvo de pronto, sin razón aparente, en mitad de un aparcamiento animado y me dijo: "ya verás, esto vale la pena".
Salí del coche y vi a un lado unpanel Nanyuki; al otro, un segundo cartel donde ponía "ecuador". Un hombre alto y seco se me acercó y me dijo que en Nanyuki reina la magia del ecuador. Me preguntó si quería una demostración de auténtica magia, no una estafa. Le di unas pocas monedas y se colocó ante el cartel, en el lado del hemisferio sur, con un cubo lleno de agua. Metió un palito y empezó a moverlo. El trozo de madera se puso a girar de izquierda a derecha.
Luego me invitó a seguirlo. A pocos metros, al otro lado del panel. El hemisferio norte. Volvió a hacer lo mismo y el palito se puso a girar... ¡en sentido inverso! Y estallamos de risa. Con magia o no (puede que sí), pero sin estafa ninguna, he podido presenciar el fenómeno de las corrientes inversas, llamadoefecto de Coriolis hecho científico y probado. Este es mi recuerdo de Nanyuki: ¡fuertes sensaciones al borde de la carretera!