Los montes Taita son tan verdes como las sabanas vecinas son secas. Ellos reciben toda la lluvia que les falta a éstas. Forman una micro región muy específica, que cuenta con una atmósfera especial y tranquila.
Las empinadas colinas de los montes Taita acogen, aquí y allá, pueblos pintorescos que han acabado con parte del paisaje exuberante de su alrededor. Sin embargo, en algunas zonas, el bosque tropical húmedo aún está bien conservado, especialmente, en la parte alta, como el monte Kasigau, considerado una reliquia natural en sí mismo.
Para mí, ir de excursión por los montes Taita fue fascinante, sobre todo, porque las colinas ofrecen unas vistas espléndidas, especialmente, del Kilimanjaro. El bosque primitivo ha permitido el desarrollo de varias especies de aves indígenas: el mirlo de Taita, el apalis de Taita, el halcón de Taita, el laniidae de Taita, etc.