Kirkjubæjarklaustur es un pueblo de nombre casi impronunciable cuya historia está ligada a un convento benedictino construido en el siglo XII y que ha dado lugar a numerosos relatos.
Aún no he hecho senderismo por la zona y, por lo general, me conformo con detenerme en la imponente estación de servicio para hacer un descanso. De todas formas, sí que he visitado la hermosa catarata que baja por la ladera de la colina hasta los límites del pueblo. En realidad, aparte de para practicar senderismo o hacer noche allí, el pueblo no posee demasiado atractivo.
Kirkjubæjarklaustures también una parada ideal para ir a ver los cráteres de Laki o Eldgjá, la "garganta de fuego". A continuación, hay que tomar la pista F208 que atraviesa los campos de cráteres hasta Landmannalaugar.
Es un paraíso para los excursionistas que deseen aventurarse fuera del circuito turístico.
Estuve dos días, durante mi viaje por Islandia, en esta isla, y la verdad es que me encantaron todos sus paisajes. El sol de medianoche resulta muy desconcertante, pero se puede conseguir una pesca de miedo. Esta isla es además el destino ideal para los amantes del trekking. Las ovejas se mueven y pastan libremente, creando encuentros fuera de lo común.
La palabra "Kirkjubaejarklaustur" significa a la vez "iglesia", "monasterio" y "convento"; para ahorraros problemas de pronunciación, bastará con que digáis "Klaustur".
Durante mi estancia allí, recorrí la isla junto a una amiga; alternábamos el auto-stop con el trekking, y pasamos dos días en una granja local cercana a Kirkjubaejarklaustur; así pudimos recorrer y conocer los alrededores a pie.
Fue algo muy simpático, pues pudimos conversar con los locales sobretodo de los pueblos islandeses que no tenían litoral; al mismo tiempo nos pudimos deleitar con su gastronomía local... ¡hacen unas mermeladas que están de muerte! Os recomiendo que probéis elSkyris, pues es inconcebible que vayáis a Islandia y volver a casa sin que hayáis probado este queso blanco tan denso y delicioso.