Thorsmork es un lugar ligeramente distinto al resto de Islandia, porque es de los pocos lugares con presencia de vegetación. Esta está formada en gran parte por pequeños abedules retorcidos y secos, musgo y helechos. Su nombre también significa "bosque de Tor".
He estado dos veces en Thorsmork, una de ellas como última etapa del famoso camino de senderismo y la otra solo para pasar el día.
En efecto, es posible hacer senderismo por los alrededores, concretamente hasta lo alto de una colina para contemplar unas impresionantes vistas de las montañas del interior.
El interés de Thorsmork también reside en ver la estrecha garganta de Stakkoltsgjá, que alberga una bonita cascada, y en pasar por delante del glaciar Eyjafjallajökull.
Hay muchos ríos que atraviesan el valle y puede costar cruzarlo en todoterreno si no tienes experiencia. En ese caso, opta por el autobús que hace el trayecto desde Reikiavik todos los días o contrata un guía local.
Durante mi viaje por Islandia, en el mes de septiembre, lo único de lo que me arrepentí es no haber podido explorar más el centro del país. Ese año fue especialmente frío (incluso pude ver auroras boreales en el norte del país). No conseguí llegar hasta Thórsmörk desde la costa con mi coche de alquiler normal. Tuve que darme la vuelta en mitad de la pista.
Las vistas del valle son increíbles y Thórsmörk, además, es el lugar al que llega la ruta de Landmannalaugar (hacen falta tiendas y comida).
Para aquellos que no quieran embarcarse en la larga ruta desde Landmannalaugar hasta Thórsmörk, hay otras rutas hacia los glaciares, entre ellos el famoso Eyjafjallajokull.