El Snæfellsnes es hoy día un Parque Nacional muy popular entre los turistas. El Snæfellsjökull es la estrella indiscutible, y se debe tanto a su belleza como al hecho de que Julio Verne la sitúa como la entrada hacia el centro del planeta en su novela Viaje al centro de la Tierra.
En todo caso, en Snæfellsnes pude contemplar los paisajes más bellos de mi recorrido por Islandia. La zona es rural y está dominada por una serie de cumbres volcánicas que se suman a la atmósfera cautivadora del lugar. Su costa me gustó mucho también, que va alternando entre amplias playas de arena y afiladas piedras volcánicas. La región también cuenta con hermosos pueblos de pescadores que te recomiendo visitar.
La península de Snaefellsness es el punto de partida del viaje al centro de la Tierra de Julio Verne. Cerca del volcán Snaefellsjokull hay un cartel que rinde homenaje al este punto de partida y marca las distancias que habría que recorrer para llegar a las distintas capitales del mundo.
En toda la península, los paisajes son espectaculares, entre rocas que parecen trolls fosilizados sorprendidos por el sol, campos de lava, escarpados acantilados donde anidan numerosas aves, playas de arena negra y guijarros...
El tiempo cambia muy rápidamente: en un día de invierno, podrás tener solazo, viento, nieve... Si vas a hacer senderismo, llévate un forro polar y un impermeable en la mochila para ir bien preparado.
Entre octubre y marzo, pasando la noche en la península, la falta de luz urbana te permitirá observar en buenas condiciones las auroras boreales, si tienes suerte.