Dettifoss es la cascada de agua más potente de Europa y, junto con Husavik y Myvatn, forma parte del Círculo de Diamante, el itinerario del norte de Islandia conocido por sus increíbles sitios naturales, en oposición al Círculo de Oro, en el sur del país.
Procede del río Jökulsa, que a su vez nace del glaciar Vatnajökull. Cuando camino por estos abruptos acantilados, siempre me viene una sensación de vértigo, como si me fuera a tragar ese tumulto de aguas burbujeantes.
Hay alrededor de 1 km de distancia desde el parking pero, antes de llegar a Dettifoss, te aconsejo que te dirijas hacia al sur. Llegarás a Selfoss, otra cascada de agua mucho más pequeña pero muy bonita. Desde ahí, puedes subir por el río a lo largo de los impresionantes acantilados para llegar al centro del espectáculo, el impresionante oleaje de Dettifoss.
Durante mi última visita al norte, aunque ya era finales de mayo y la nieve ya estaba fundida en todos los demás sitios, aún quedaban unos 20 cm de manto blanco alrededor de Dettifoss. Por tanto, llévate un buen calzado de trekking. Es una región dura y en invierno la carretera suele estar inaccesible, sin la nieve quitada.
Esta cascada es especialmente impresionante, sobre todo por su potencia. Procede de un río glaciar que nace en el glaciar Vatnajokull. Es una de las cascadas más bonitas de Islandia.
En primavera, el camino que lleva hasta a ella pasa entre el hielo, las rocas y la nieve, y tendrás la sensación de que el tiempo se ha detenido y/o de estar en otro planeta. La carretera, que pasa por arena negra, campos de lava y órganos basálticos, contribuye a este efecto de irrealidad. Se puede acceder por dos lados: por el oeste y por el este. Al parecer, la llegada por el oeste es la más impresionante. Si hace sol, tendrás la suerte de ver un arcoiris dibujándose ante tus ojos.
A aproximadamente un kilómetro de Dettifoss se encuentra la cascada de Selfoss, mucho más pequeña (de unos diez metros de altura).