No os hará falta mucho tiempo, durante vuestro viaje por Sri Lanka para daros cuenta de que los esrilanqueses son gente muy amable y hospitalaria. Sabed además que su vida está marcada por una serie de normas de etiqueta que deberéis conocer y respetar.
A lo largo de vuestro viaje a Sri Lanka, no tardaréis mucho en convenceros de que aqui, el ser recibido con una calurosa acogida, no es una leyenda sino más bien una realidad. Sólo necesitaréis estrechar vuestra mano y decir "Ayubowan" con vuestra mejor sonrisa para saludar a los locales. Nunca jamás dejéis de sonreír. Sea cual sea la situación, jamás veréis a un esrilanqués perder los nervios en público ni su sonrisa; son gente muy calmada. La consigna es siempre la misma: mantener la calma y guardar las apariencias. Siempre os mirarán mal si perdéis los nervios en público.
De igual forma, también deberéis prestar especial atención a vuestra indumentaria. Vuestra ropa deberá siempre ser "decente" para no ofender a los esrilanqueses ni herir su sensibilidad, pues son gente muy pudorosa. Es decir, deberéis mantener una correcta higiene y además, especialmente las mujeres, evitar enseñar brazos y piernas. Sobretodo, cuando visitéis en concreto lugares o monumentos religiosos, jamás en absoluto podréis entrar si no cumplís correctamente con vuestra vestimenta, Las parejas deberán ser comedidas. Esto es porque las demostraciones amorosas efusivas no tienen cabida alguna en un país donde prácticamente nunca se les ve ir de la mano en público.
Tras años y años de conflictos entre el poder establecido y los Tigres Tamiles, no os aconsejo para nada que opinéis en ninguna conversación sobre política.
Con mucha frecuencia, y debido a vuestra condición de turistas, se os acercarán muchos mendigo y niños pidiendo dinero, comida, golosinas o bolígrafos. Siempre es difícil saber qué hacer exactamente cuando se nos presenta algo así. Y a menudo nos cuesta decir que no. Es por eso que no es posible definir una pauta ideal sobre cómo actuar en estos casos. Vaya por delante que es preferible no fomentar este tipo de mendicidad, pero en cualquier caso haced lo que os dicte vuestra conciencia en el momento. Tratad de destinar vuestros donativos a las asociaciones que trabajan allí, o para hospitales o dispensarios que tienen necesidad urgente de medicinas. Pero tampoco penséis que basta con dar dinero. Podéis aportar activos de mayor valor si dais u ofrecéis vuestro propio tiempo, conocimientos o experiencia real.