
Desde el consumo de los frutos hasta la utilización de la corteza, muchos son los usos del baobab para los malgaches. Si vas a la Avenida de los Baobabs durante tu viaje a Madagascar, probablemente te des cuenta de que parece que a una parte de ellos le han quitado la corteza. Esto se debe a que las fibras son utilizadas por las poblaciones para confeccionar cuerdas, techos y otros objetos.
Pero el baobab tiene muchos otros usos. En la farmacopea tradicional, las hojas y la corteza se utilizan en decocciones y ayudan a sanar múltiples enfermedades, entre las que se encuentra la diabetes. Los frutos, cuya pulpa es muy rica en vitamina c, se consumen secos o en forma de zumo, ¡los niños lo adoran! Para acabar, las semillas, una vez separadas de la pulpa que las rodea, son molidas para obtener un aceite comestible.
A menudo se venera al baobab como intermediario en el culto a los ancestros, permitiendo, a través de él, la comunicación con los muertos. Para solicitar su protección, la sanción de una pariente o lluvias importantes, se depositan ofrendas a los pies del árbol. Se deposita dinero, ron y múltiples objetos. Atención, un árbol así es considerado como sagrado y pueden aplicarse fady (tabús), no dudes en consultar a tu guía lo que puedes hacer y lo que no.
Pero el baobab también es venerado en los cultos ligados a la mujer y al niño. En el norte de la isla, en un ritual llamado Fankabe, se baña a los recién nacidos en una decocción de corteza de baobab para que crezcan con una salud y sean fuertes.
En la llanura de Mahagaly al sur de Madagascar, el agua escasea, sobre todo durante la estación seca. Para paliar esta penuria, los habitantes han encontrado una solución poco común: los baobabs cisterna. Durante las importantes lluvias de la estación húmeda, se recupera rápidamente el agua y se la almacena en los baobabs, cuyo tronco ha sido vaciado con antelación. Cuando llega la estación seca y las fuentes de agua se agotan, los habitantes utilizan las reservas almacenadas en los baobabs que les permiten llegar hasta la próxima estación de lluvias.
Este uso, muy poco conocido, es único en el mundo. Es necesario tener grandes conocimientos para no matar al árbol, ha nacido la profesión de vaciador de baobabs. Una vez que se ha encontrado un árbol con el tamaño necesario, el vaciado empieza a crear una "ventana" por la que se depositará el agua y se la recuperará cuando sea necesaria. Una vez vaciado, el baobab-cisterna necesita un mantenimiento anual pues está vivo y ¡el árbol se cierra poco a poco hasta que desaparece la ventana!