10 espacios naturales imprescindibles para descubrir la increíble biodiversidad de Madagascar
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Desde playas de arena fina hasta bosques tropicales y extraordinarias formaciones rocosas, descubre, de norte a sur, los paisajes más bonitos de Madagascar:
El Parque Nacional de la Montaña de Ámbar
Parque Nacional de Masoala
Los tsingys
La isla de Santa María
La avenida de los Baobabs en Morondava
Los arrozales de Ranomafana
La Reserva Comunitaria de Anja
El macizo del Makay
El Parque Nacional de Isalo
Descubrir los lugares naturales sagrados
Empieza tu viaje por los paisajes más bonitos de Madagascar adentrándote en la selva tropical del Parque Nacional de la Montaña de Ámbar. Descubre junto con la comunidas de guías locales las tradiciones sagradas que esconden las 18 cascadas y 6 lagos de este increíble lugar.




Si te adentras en la naturaleza encontrarás especies endémicas como el microcebus rojo, el primate más pequeño del mundo. Llévate un buen impermeable y un buen calzado para explorar la selva con mayor comodidad.
Inmersión en la selva del Parque Nacional de Masaola
Continúa tu aventura en la selva visitando el Parque Nacional de Masoala. Como recordó el botánico Martin Calmander, filmado por Yann-Arthus Bertrand, "este bosque es tan denso que el 90% de la luz solar nunca llega al suelo". Esta zona tiene uno de los niveles más altos de biodiversidad y endemismo del planeta.




No nos sorprende que el parque figure en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Observa con atención tu alrededor para ver un bosque tropical poco explorado que alberga una excepcional fauna, como la rana de tomate, el gorgojo jirafa o el aye-aye. Situado en una península, la selva se encuentra con el mar cristalino. Así puedes continuar descubriendo este paraíso bajo el agua, practicando snorkel o buceo.
Maravillarse con las esculturas naturales de los tsingys
La primera vez que veas las formaciones geológicas de los tsingys te quedarás sin palabras. Los tsingys forman parte de la asombrosa biodiversidad y paisajes de Madagascar. Estas formaciones de piedra caliza han sido causadas por la erosión y hoy se han convertido en los "bosque de piedra" más grandes del planeta.




Contempla estos afilados pináculos en el Parque Nacional de Bemaraha o el del Ankarana. Los impresionantes puentes colgantes sobre los cañones te permiten subir a la cima para apreciar toda la belleza natural.
Observar las ballenas en la isla de Santa María
Si Madagascar es conocida por sus traviesos lémures, hay otro animal único que solo encontrarás de junio a septiembre: la ballena jorobada. Ver este colosal cetáceo es la mejor experiencia a vivir en la isla de Santa María, en el noreste del país.




Si te das un baño en sus aguas turquesas, quizás tienes la suerte de avistarlas en la distancia. Otra opción es subirse a un piragua o un catamarán para admirarlos de cerca. Existe una pauta de buena conducta para fomentar la observación respetuosa y sostenible de estos animales.
Sentirse pequeño en la avenida de los Baobabs en Morondava
¿Te sientes pequeño frente a estas criaturas marinas gigantes? Esperate a llegar a la avenida de los Baobabs en Morondava. Separados unos de otros, sus troncos hinchados y esbeltos destacan en el paisaje. Una ramificación desordenada y gráfica corona sus puntas.




Más allá de su belleza, los baobabs encharcados son depósitos esenciales para las aves sedientas. Disfruta de este lugar en diferentes momentos del día. Al atardecer, disfruta observando sus siluetas perfectas reflejadas ante un cielo resplandeciente.
Visitas los arrozales de Betafo
Retomando la RN7, cerca de Antsirabe, llegarás a la región de las Tierras Altas. Un mosaico de campos cultivados se extiende por este territorio de colinas. También encontrarás los tradicionales campos de arroz en las terrazas de Betafo.




Los diferentes elementos, desde la tierra hasta la cáscara de arroz, conforman una paleta de colores única. Conoce Betafo y la vida cotidiana de sus arroceros. La mejor época para visitar los campos de arroz es en abril, durante la cosecha de arroz.
Encontrar el escarabajo jirafa en el Parque Nacional de Ranomafana
Continúa por la RN7 para luego llegar al Parque Nacional de Ranomafana. A partir de aquí, un o una guía local te acompañará por los senderos de esta selva. Por el camino, aprende más sobre el gracioso escarabajo jirafa, el hapalemur dorado o el sifaka de Milne-Edwards. Tendrás muchas ocasiones para verlos gracias a la experiencia de los guías del parque que te acompañarán. Recuerda llevar ropa larga e impermeable para evitar las sanguijuelas, abundantes en este ecosistema.




Encontrarse los maki catta en la Reserva Comunitaria de Anja
Al sur de Ranomafana, te recomendamos hacer una parada en Anja. Aquí, la población local ha creado una reserva natural comunitaria y ellos mismos te guiarán y te enseñará lo mejor de su naturaleza. Está dominada por enormes rocas caídas, que sirven de miradores naturales y ofrecen una vista impresionante de todo el paisaje. En Anja, los "maki catta" descansan tranquilamente porque están acostumbrados a la presencia de las personas. Con su mirada traviesa y su larga cola anillada, estos lémures son fácilmente reconocibles y entrañables.








Aventurarse en el macizo del Makay
El macizo de Makay es un increíble santuario natural constituido por una multitud de cañones formados por la erosión, en los que subsisten islotes de vegetación que albergan especies en su mayor parte desconocidas. El aislamiento casi completo de la fauna y flora que viven en estos últimos rincones de vegetación desde hace millones de años ha creado una especie de Edén inaccesible del que algunas partes todavía no han sido exploradas por el hombre. De difícil acceso, recomendado para los adeptos al trekking y los más aventureros, el macizo de Makay promete inolvidables recuerdos en uno de los lugares más fascinantes del mundo. Organiza esta ruta con una agencia local de Evaneos, que te acompañará en todos y cada uno de los pasos de la organización.
Explorar las tierras áridas del Parque Nacional de Isalo
De más fácil acceso, el Parque Nacional de Isalo es un macizo montañoso de arenisca perteneciente al periodo jurásico, formado por escarpados acantilados y profundos cañones, así como ríos y cascadas. Isalo cuenta con una rica flora compuesta por más de 400 especies, con una palmera endémica que ha encontrado su propio sistema de adaptación para combatir la falta de agua.




A lo largo del curso de agua, la vegetación vuelve a cambiar. Preparate para ver varias especies endémicas así como una fauna única, como los lémures pardos, los camaleones de hoja o las ranas doradas. Antes de irte, disfruta de un baño refrescante en una de sus cascadas impresionantes. En Isalo las distancias son bastante grandes, así que para llegar a la entrada del parque o al inicio de vuestro recorrido necesitarás un vehículo todoterreno.
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