Hay un montón de cosas que hacer en Skye. Me encantaron sus pueblecitos de pescadores como Portree, los exuberantes parques nacionales como la cadena de los Cuillin y los misteriosos castillos como el Dunvegan. Los paisajes típicos se asemejan a los que pueden verse en las Highlands. Verdes praderas, colinas hasta donde alcanza la vista y abruptos acantilados. Los formidables contrastes de colores hacen las delicias de los fotógrafos.
Entre el azul oscuro del agua, el verde de las llanuras, el gris de la roca y los toques de color de las flores salvajes, no hace falta retocar las fotos después.
Personalmente, yo me enamoré del sudeste de la isla, alrededor de los lochs de Slapin y Eishort. La isla también es muy popular por la riqueza de su fauna. Gamos, gatos salvajes, y también frailecillos, focas, nutrias y delfines. Los más afortunados podrán ver a estos últimos si contratan el crucero que sale del puerto de Elgol.
Se pueden hacer rutas muy bonitas por los verdes montes y colinas de Skye Island. ¡Respirarás un aire puro y revitalizante! Los colores de los campos y de las orillas del mar, así como la pureza de los Lochs, hacen de este lugar una visita obligada si quieres disfrutar de Escocia tal y como te la imaginas.
También deberás ver los pueblos y los puertos, probar la gastronomía de la isla y el whisky local y escuchar la música celta que suena todas las noches de la semana en los pubs. Conservo un recuerdo maravilloso de un concierto de arpa, y también de los olores de la naturaleza en estado puro: el océano, el puerto y los verdes campos hasta donde alcanzaba la vista. Sin embargo, presta atención al acento marcado de los lugareños. Si no dominas bien el inglés, ¡agárrate!
Un aspecto positivo: el olor de la espuma de mar, rica en yodo, cerca del puerto.
Un aspecto negativo: el viento allí es un poco violento.
Suele decirse que, en un viaje, el camino cuenta más que el destino. Durante mi viaje a Escocia,nunca olvidaré el camino que lleva a la isla de Skye. Aquellos inmensos valles donde salen miles de arcoiris, aquel río que desemboca en el archipiélago de las Hébridas y aquel puente que crucé para descubrir la isla más grande del archipiélago.
Fui por el Skye Music Festival, al igual que miles de jóvenes, listo para hacer frente a las inclemencias del tiempo en nombre de la música. Sn embargo, no esperaba quedarme tan maravillado por la belleza de sus llanuras, sus playas y sus acantilados desgastados sobre el mar. La isla de Skye encierra tesoros naturales y transmite una sensación de libertad maravillosa. Me encantó caminar por sus costas, regadas por una lluvia interminable.