Los viajes a Costa Rica es como caminar por un pasillo entre las Américas, una apuesta segura para vivir unas vacaciones étnicas y respetuosas con el medio ambiente en un país conocido por su «oro verde». Aunque ocupa una superficie diez veces más chica que España, Costa Rica presenta paisajes muy diferentes. Tiene dos costas (la del Caribe y la del Pacífico), muchos volcanes y, ojo al dato: un tercio del territorio es parque nacional (hay treinta y cuatro en total).
Conviene preparar muy bien el itinerario, ya que el país está sesgado por cordilleras, a veces las carreteras están fatal y es un viaje que no es nada barato. Por eso, es mejor optimizar los desplazamientos y concentrarse en los sitios que te interese visitar. Para eso cuentas con la ayuda de los expertos de Evaneos. Estarán encantados de ofrecerte sus rutas estrella por la Suiza de Centroamérica.
Un viaje por Costa Rica siempre empieza en San José. Esta capital suele recibir malas críticas, pero en realidad es muy acogedora y tiene una gran riqueza cultural. Una curiosidad del país son los albergues. Los verás en las llanuras y en las montañas del norte del país, integrados en perfecta armonía con la naturaleza. Alójate en La Fortuna, cerca del parque nacional volcán Arenal, ve ganando altura por el bosque nuboso de la reserva de Monteverde lanzándote en tirolina o alucina con el azul celeste del río del parque Tenorio.
En la costa caribeña no te puedes perder navegar por los canales del parque nacional Tortuguero y presenciar la puesta de huevos de las tortugas en la playa. El parque nacional Cahuita, el pueblo jamaicano de Puerto Viejo y las comunidades bribris del cantón de Talamanca sabrán seducir a los viajeros curiosos que quieran relajarse al sol.
Y lo que no te puedes perder en la costa pacífica es el parque Manuel Antonio, perfecto para ir en familia, con una playa estupenda y animales poco feroces. Los surferos están de enhorabuena con las aguas encrespadas de aquella zona, mientras que los más aventureros aprovecharán para hacer senderismo por el parque Corcovado, en la península de Osa.