Situada en la intersección de tres placas tectónicas, Costa Rica identifica en su territorio 116 volcanes, de los cuales 7 siguen activos. El Turrialba es uno de los volcanes más activos junto con el Irazú y el Arenal.
Su última gran erupción, en noviembre de 2014, proyectó cenizas hasta San José, la capital, a unos 50 kilómetros del cráter. Su cima está formada por 3 cráteres, con uno activo estrechamente vigilado.
Hay dos formas de acceder al volcán: un recorrido a pie de unas 4 horas para los más deportistas, o unas 3 horas a caballo.
Aunque este volcán sigue siendo interesante de ver durante un viaje a Costa Rica, yo prefiero a su vecino Irazú. De hecho, me pareció mucho más bonito, con un hermoso lago de color jade en el interior del cráter.