Lejos de las playas paradisíacas del sur del país, las montañas del norte presentan el interés de ofrecer magníficas caminatas. Es la región ideal para estirar las piernas durante un viaje por Tailandia.
Si en el curso de tu viaje por Tailandia sientes la necesidad de estirar las piernas, vas a tener que recorrer un trayecto muy largo. Tienes necesariamente que abandonar las playas paradisíacas del sur del país para ir a las montañas del norte. Es ahí, desde la ciudad de Chiang Mai, desde donde se organizan las caminatas por los alrededores. Puedes también ir a Mae Hong Son, pero la ciudad es menos turística y encontrarás más dificultades para organizar la caminata. Solo una palabra al respecto. Para la reserva, no dudes en sacar partido de la competencia. Has de saber que, por ejemplo, pagarás mucho más si haces la reserva en tu hotel. Ciertamente sacan un margen a tu costa. Incluso si eso no les hace mucha gracia, saca partido de la competencia y vete a hacer la reserva para tu excursión directamente en las agencias de la ciudad. Quedarás sorprendido de la diferencia de tarifa.
Las excursiones más populares en estas montañas del norte son las de Chiang Dao, a donde va más de la mitad de los turistas, la de Doi Inthanon, Mae Chaem o Samoneng, muy buscadas también. En cualquiera de ellas saldrás al encuentro de las etnias de las montañas, como los Karen, los Akha, los Lahu, los Lisu, los Hmong, los Méo, los Yao, los Mlabri, los Htin, los Lawa o los Khamu. La mayoría de las caminatas se desarrollan en 2 o 3 días y como consecuencia del éxito turístico de la actividad, han perdido gran parte de su autenticidad.
Un poco más al este, podrás igualmente hacer senderismo a la llegada a la ciudad de Chiang Rai, en pleno corazón del Triángulo de oro. Contrariamente a Chiang Mai podrás organizar solo más fácilmente tus excursiones. En la región, los pueblos étnicos se encuentran al borde del camino y no perdidos en la selva como en Chiang Mai. Honestamente, es preferible contar con los servicios de un guía o una agencia.
Desde Chiang Rai podrás también ir al encuentro de las mujeres jirafa. Para ir a verlas se plantea un serio problema de conciencia. Tienes que saber que las mujeres jirafa son muy a menudo refugiadas birmanas. La visita de estos campos de refugiados a menudo toma falsos aires de paseo por un zoo humano. ¿Qué hacer, entonces? ¿Boicotear la visita? Es un poco más complicado que eso sabiendo que en estos campos, los refugiados no tienen el derecho de trabajar ni de cultivar la tierra. Tu visita representa su única fuente de ingresos y su sola oportunidad para sobrevivir. Muchos visitantes se sienten mal al salir de ahí. Te toca a ti decidir y medir los pros y los contras.