La India en julio cuenta con temperaturas calurosas, aunque algo más llevaderas que en los meses de mayo y junio, cuando los termómetros marcan las máximas del año. Es un mes en el que el monzón empieza a azotar, en especial el sur. Sin embargo, la zona de Rajastán, algo más árida, recibe muchas menos precipitaciones. El deshielo favorece el acceso a las montañas del Himalaya.
Qué ver y qué hacer en un viaje a la India en julio
El mes de julio es un buen momento para montar una ruta por carretera por los estados de Jammu, Cachemira y Ladakh. Es el mes en que se abren los accesos por carretera hasta la ciudad de Leh, a la que durante el resto del año solo se puede llegar por aire. El triángulo de oro de la India —Delhi, Jaipur y Agra— recibe muchos visitantes, por coincidir con las vacaciones de Europa y Estados Unidos. En la India en julio es buen momento de buscar retiros de meditación o cursos de yoga en Rishikesh, ciudad con un ambiente muy internacional.