
Bulgaria, que hoy dia cuenta con 7 millones de habitantes, ha conocido una historia turbulenta en el seno de los Balcanes. Hoy día es un país bastante estable y próspero.
Desde la caída de los Balcanes en los años 1990, Bulgaria ha sido un auténtico ejemplo de estabilidad, hasta el 2013 cuando se volvieron a sentir las tensiones. De hecho, los dos partidos principales, el Partido Socialista Búlgaro y la Unión de Fuerzas Democráticas, se han opuesto regularmente en Bulgaria por cuestiones de minorías y política nacional. En 2013 se produjeron numerosas manifestaciones en la capital Sofía.
Sin embargo, desde 2014 y con la elección del Partido de los Ciudadanos Unidos para el Desarrollo de Bulgaria (GuERB), con el jefe de gobierno de Boïko Borissov, la situación parece haberse tranquilizado y es de nuevo estable.
Bulgaria se asoció a la Unión Europea en 2007, pero no a la zona euro. El país se ha visto muy afectado por la crisis económica de 2008 y 2009, pero ha conseguido recuperar la estabilidad financiera, si bien las tasas de crecimiento eran mucho más altas antes de la crisis.
El 2014 fue un año satisfactorio en términos de crecimiento e inversiones exteriores, y el año 2015 promete ser más sombrío, a pesar de que su integración en la UE le ha permitido aumentar considerablemente sus exportaciones (el comercio es del 50 % con los países europeos).
Bulgaria es un país muy industrial, el 30% de su población trabaja en este sector (carbón, cobre, zinc, petróleo, etc...).
Bulgaria, ubicada a las puertas de Europa, es también un refugio de minorías gitanas y musulmanas. Estas minorías están bastante integradas, y los gitanos, de los que se estima son un 10 % de la población total búlgara, viven al margen de las grandes ciudades y no se les considera ciudadanos de pleno derecho.
Del mismo modo, en un país muy religioso y ortodoxo, cada vez más musulmanes procedentes de Turquía se instalan en Bulgaria.