Al igual que la mayoría de los pueblos de esta inaccesible región de Bulgaria en los confines del país, situado en la frontera con Macedonia y Grecia, Kovatchevitsa ha sabido conservar su carácter rural y sus bellos ejemplos de arquitectura tradicional, unas pequeñas calles empedradas y edificios de un particular estilo de piedra y madera. También es un lugar ubicado en el corazón de una magnífica región de los Ródopes, que está llena de oportunidades para disfrutar de paseos y ver pueblos históricos.
Durante mi recorrido por Bulgaria, disfruté muchísimo, como si estuviese apartado de todo, en un mundo que parece estar próximo a desaparecer, y en donde todavía se encuentra una arraigada identidad rural que no ha sido alcanzada por la modernidad. Sin embargo, la llegada del turismo está amenazando con borrar estos pequeños lugares. Un triste círculo vicioso.