Cuando llegué a Jeravna, la ciudad tenía un aire de aldea adormecida. Muy pocos visitantes parecían haberse despalazado a ese pueblo situado lejos de las rutas turísticas convencionales, ¡mejor para mí! Jeravna es de hecho un lugar encantador que ofrece algunos ejemplos extraordinarios de la arqutectura tradicional búlgara del fin del siglo XX, con sus casas de madera al más puro estilo local.
Es un verdadero placer pasearse por sus calles empedradas y conocer un importante centro folclórico local perfectamente conservado. Numerosas tiendas de artesanía venden alfombras y otros artículos confeccionados en la región. Por último, otra ventaja con la que cuenta el lugar, es la ubicación del pueblo en el corazón de la cordillera de los Balcanes, que da la posibilidad de realizar hermosos paseos por esta región de Bulgaria.