Ubicado en el extremo sudoeste del país, en la frontera de Grecia y Macedonia, el Parque Nacional de Pirin es uno de los símbolos del país. Sus hermosos paisajes alpinos son el hogar de una fauna y una flora sencillamente excepcionales, bien conservados por el relativo aislamiento del parque en una zona europea poco poblada. Allí podrás encontrar osos, lobos y cabras montesas.
Es un lugar mágico con 100 cumbres que superan los 2.000 metros de altura en un territorio limitado que es, como puedes imaginar, el paraíso para los excursionistas en verano, y los esquiadores en invierno. Para mí es la región natural más hermosa de Bulgaria, y sin duda vale la pena pasar por allí durante tu recorrido por el país.
Para mí, el Parque Nacional del Pirin es uno de los parques más bonitos de Europa del Este. Allí podrás ver numerosas especies de mamíferos y una flora muy variada y protegida.
Lo que más me gustó fue ir en verano por la carretera que unía Simitli con Batak. Al bordear las nieves perpetuas de las cumbres, tiene unas vistas que quitan el hipo, y, con un poco de suerte, también podrás ver animales buscando comida.
En resumen, creo que el coche es una buena forma de disfrutar del parque si no eres muy deportista. Además, las carreteras ofrecen unas panorámicas preciosas. Sin embargo, ten en cuenta que algunas están cerradas en invierno. Aun así, debe de ser mágico ver el parque cubierto por un magnífico manto blanco, así que espero volver pronto a Bulgaria.