
Es en las alturas del círculo polar donde uno puede conocer Rovaniemi, la capital de la Laponia finlandesa.
Santa Claus existe en todas partes del mundo. Ya sea que haga calor la mañana del 25 de diciembreo o que esté nevando en los jardines de las casas, la tradición sigue siendo la misma. Los pequeños se despiertan sorprendidos con los regalos colocados en la base del árbol de Navidad. Agradecen a Santa Claus haber hecho todo el camino y haberse deslizado por la chimenea para darles la alegría. Los más fieles seguidores a la tradición incluso envían una carta a Santa Claus.... en Rovaniemi en Laponia. Efectivamente es allí donde procede la leyenda, con todo un pueblo dedicado a la magia de la Navidad.
El pueblo de Santa Claus es el tipo de lugar que está lejos de poner a todo el mundo de acuerdo. A algunos les encantará por su aspecto mágico, mientras que otros lo detestarán por su enfoque comercial. Como todo lugar muy turístico, creo que vale la pena ir para formarnos nuestra propia opinión.
Objetivamente, ¿qué se puede hacer en el pueblo de Santa Claus? ¡Encontrar a Papá Noel por supuesto! Y llevarse un recuerdo tomándose una foto con él. También se pueden escribir cartas en una esquina de la chimenea y enviarlas con un sello especial de la oficina de correos de Santa Claus. Una exposición te muestra las diferentes tradiciones y costumbres de Navidad en el mundo, así como un taller de diseño de juguetes. Por último, una área muy grande acoge varias tiendas con bonitas luces de Navidad.
No pasamos todos los días por el pueblo de Santa Claus. Es el momento de hacer trabajar el cerebro en Rovaniemi, visitando el Arktikum por ejemplo. La historia, la cultura y el medio ambiente de Rovaniemi y de la Laponia finlandesa se muestran desde la prehistoria hasta los años 70.
La parte del museo de Arktikum expone la historia de Rovaniemi así como las creencias relacionadas con el gran norte. La parte central científica es la que más se centra en las consecuencias que el cambio climático ha causado y causará en la fauna y la flora árticas, así como en las poblaciones de esa hermosa región.
En este museo recibirás una gran cantidad de conocimientos, y el aspecto lúdico también tiene un lugar importante. Los soportes utilizados son variados y las informaciones se presentan muy accesibles para un público cada vez mayor gracias a las animaciones, fotografías, exposiciones de trajes y objetos antiguos, etc.
¿Qué mejor que observar auroras boreales calentitos bajo un edredón? Dirás que es imposible. Sin embargo, el sueño se hace realidad en Rovaniemi. Un poco alejado de las luces de la ciudad, podrás encontrar un hotel de lujo que ofrece iglús muy especiales: no están hechos de hielo pero cuentan con un techo de cristal que ofrece una vista privilegiada del cielo de Laponia. ¡Una maravilla! Hablando de iglús, los más valientes se atreverán a descubrir las condiciones de vida de los nativos pasando una noche en una habitación hecha totalmente de hielo. No te preocupes, la temperatura no desciende por debajo de los 0ºC, y hay sacos de dormir especialmente preparados para ello.