Viví durante cinco meses en Mikkeli, una pequeña ciudad del este de Finlandia, y es aquí, en sus bosques, en la orilla de sus lagos, al tener contacto con los finlandeses cuando sentí realmente el espíritu de este país: habitantes amables en armonía con la naturaleza.
Si bien la ciudad en sí no presenta un gran atractivo turístico, es la puerta de entrada a la región de los lagos, y en especial al lago Saimaa, el más grande de Finlandia.
Si tu recorrido por Finlandia te lleva a Mikkeli, te recomiendo hacer una excursión a Savonlinna o un crucero por el lago Saimaa. Por la noche dirígete al Martti Talvela Hall para asistir a un concierto, un ballet o una ópera. Los amantes de la naturaleza estarán encantados pues en el verano los reyes del lugar son las caminatas, la pesca, paseos en bote de remos y la bicicleta. En el invierno puedes ponerte los esquíes de fondo o disfrutar de un partido de hockey. Para disfrutar plenamente de esta vuelta a los orígenes, alquila una casa de campo en la orilla del lago: te aseguro que desconectarás de todo.