Cuando uno llega a Savukoski, entiende que las dimensiones y los informes no son los mismos en Laponia. Hemos llegado al extremo norte. La inmensidad, que se extiende hasta las puertas de la ciudad, no es concebible para el hombre habitante de las regiones del continente. Además, Savukoski es la ciudad más grande de Finlandia, y también la menos densamente poblada. País de bosques densos o ralos, a veces minúsculos, y de tundras, páramos, ríos,... país de la noche en invierno y día eterno en verano, Savukoski encarna a la Laponia que uno se puede imaginar.
La ciudad en sí está algo adormecida. Tiene el aspecto de una ciudad del lejano oeste, con casas terreras alineadas, y casi nada más. El pueblo se reduce prácticamente a su centro comercial, donde los pastores de renos de los alrededores vienen de vez en cuando para aprovisionarse. La mayoría de su población es de samis.
Desde Savukoski se puede salir de excursión a la tundra para alcanzar a comprender su inmensidad y admirar a la reina naturaleza; pero debéis ir con un guía, o de lo contrario tener un más que perfecto sentido de la orientación. E ir al Tunturi (montaña, redondeada y pelada, típica de Laponia) de Korvatunturi, donde parece ser que Papá Noel tiene su gran fábrica de juguetes...