Nos paramos en Turku, la ciudad más antigua del país durante un viaje en coche por Finlandia. Turku está compuesta de innumerables islas y sirve de punto de conexión con Suecia tomando el ferry con destino a Estocolmo. Su particularidad es la mezcla de agua dulce y salada: el río Aurajöki y el mar Báltico.
El castillo de Turku es un monumento impresionante: sus murallas protegen la ciudad moderna, y sus salas, pasajes y pasillos recuerdan la historia de Turku en la Edad Media. En el casco antiguo, se erige la catedral de Turku, muy cerca de la Abö Academi, inaugurada en 1640.
En el centro de la ciudad, podrás pasear por la plaza del mercado, rodeada de bares, cafés y restaurantes muy animados. La iglesia ortodoxa, construida en 1838, justo al lado, se distingue por su cúpula verde. Para ver una panorámica de la ciudad, dirígete hacia el sur, al observatorio de Vartiovuori.
Finlandia es un país bastante reciente que tiene relativamente pocos sitios históricos o de arquitectura antigua. Turku es (un poco) la excepción que confirma la regla, ya que era la antigua capital de Finlandia, cuando dependía de Suecia. Recuerdo una bonita fortaleza medieval, algunas calles agradables por el centro y un ambiente animado al caer la noche.
Sin embargo, si recomiendo pasar por Turku es sobre todo como punto de partida para descubrir una de las maravillas más increíbles de Finlandia: su archipiélago, el mayor del mundo, que consta de más de 40.000 islas. Es un lugar surrealista donde el mar parece moteado por miles de islitas, en su mayoría inhabitadas, y entre las cuales podrás nadar si hace bueno. Una experiencia única y totalmente al margen de los típicos itinerarios turísticos.