
Hermosa, oscura y rebelde: es la descripción que se puede hacer de Cork, ¡la segunda ciudad más grande de Irlanda!
Durante tu viaje a Irlanda, es muy probable que te seduzcan la belleza de sus paisajes, la riqueza de la cultura irlandesa y el encanto de los pueblos y ciudades que visites. Sin embargo, tan cierto como es esto, no se puede aplicar realmente a Cork. Con sus 120.000 habitantes, es la segunda ciudad más grande del país, después de Dublín, y no ofrece, prácticamente, ningún encanto arquitectónico en particular. Lo que constituye toda su diferencia, fuerza y atractivo es ¡su ambiente único!
Para muchos irlandeses, Cork está, de hecho, vista como una ciudad rebelde. Marcada por sucesos sangrientos (la Guerra de las Rosas en el siglo XV, los enfrentamientos entre la policía y los Blacks and Tans en 1920...), esta ciudad parece ser la esencia misma del país: marcada a fuego, dolida pero aún con vida, activa y poderosa, independientemente del curso de la historia.
Durante tu visita, seguramente, te cautivará por la riqueza de la vida cultural local (Cork fue Capital Europea de la Cultura en 2004) y por las numerosas iniciativas de los ciudadanos para desarrollar el arte, y hacerlo accesible al mayor número de personas. La rehabilitación urbana de ciertos barrios se llevó a cabo con gran éxito y ahora sirve como modelo para otras ciudades europeas (como Liverpool, por ejemplo).
Está claro que durante tu paso por Irlanda vivirás más de un ambiente. De hecho, Cork ofrece mucho más para aquellos que saben dónde buscar y no tienen miedo de alejarse de las rutas establecidas. No dudes en dejarte guiar por tu instinto, es la mejor manera de descubrir en profundidad ¡la oscura y rebelde ciudad de Cork!
Tal vez, tus pasos te lleven hasta los monumentos clásicos que no puedes perderte: el mercado English Market, un precioso mercado cubierto de estilo victoriano donde se celebra, a su vez, otro mercado, ideal para comprar productos frescos y hacer un picnic no muy lejos de allí. Ver el curioso reloj "mentiroso de cuatro caras", en la iglesia de Santa Ana divertirá a los niños, que tratarán de descubrir el origen de este apodo (cada una de sus caras indica una hora diferente)
No faltan tampoco los museos, destacando especialmente el Cork City Gaol (una antigua prisión) y el Museo de Cork, que retrata de una forma lúdica la historia de la ciudad. Por último, no te pierdas la calle por excelencia de Cork, St. Patrick Street, donde puedes hacer todo tipo de compras.
Oscura y rebelde, ¡Cork es una ciudad para descubrir cuanto antes!