Me gustó mucho su ambiente marítimo. Aunque hacía mal tiempo y parecía un día de invierno, siempre es agradable dar un paseo vigorizante por la playa y sentir el olor del mar. Después, nada más tentador que entrar en un pub para disfrutar de un café irlandés o de un té, al lado de la chimenea.
Aunque la ciudad de Galway es pequeña, posee todo el encanto de una ciudad irlandesa. Me encantó pasear por las estrechas calles del centro de la ciudad para descubrir las coloridas fachadas de sus casas. Galway es, también, la localidad a la que acudir en verano para disfrutar de una amplia variedad de festivales dedicados a la música, al arte e incluso a la ostra.
Hice una parada en Galway durante un circuito por Irlanda que salía de Dublín y tenía como último destino Connemara. La cuarta ciudad más importante de Irlanda merece una visita. Aunque medio día es suficiente para recorrer Galway, este lugar es el punto de partida ideal para los circuitos que atraviesan el condado.
De hecho, te recomiendo que pases varios días visitando la parte oriental de Irlanda. De Galway al parque de Connemara, pasando por numerosos lugares impregnados de mitología celta, esta parte de Irlanda refleja su historia, antigua y salvaje, y ofrece unas excursiones maravillosas.
El puerto de esta capital regional también posee grandes atractivos: su arquitectura medieval, con la iglesia más grande del país, la St. Nicholas Church; sus pubs con dibujos en las fachadas y su marisco «non plus ultra». Sin olvidar el festival de la ostra en septiembre y el de la música a mediados de mayo. En definitiva, visitar Galway me ha dado ganas de volver a la región. ¡Y de quedarme un tiempo!
Esta pequeña ciudad tiene mucho encanto. Tanto el centro como el puerto, y el ambiente en ambos, es muy agradable. Se puede pasear por las calles comerciales, animadas y coloridas, pero el recorrido se acaba bastante rápido. Lo bueno es que Galway es el punto de partida ideal para visitar la zona, hay muchos tours que se pueden hacer en la zona. Yo hice este tour en un día y me gustó, pero acabé muy cansado.
La ciudad es estudiantil y tiene un ambiente muy festivo. Sólo quería quedarme un día de mi estancia en Irlanda, pero al final la atmósfera de Galwayme sedujo y me quedé varios días. En la ciudad hay muchísimos festivales y se oye música casi siempre. La gente es abierta y comunicativa, tendrás interesantes charlas en los pubs.