Orgullosamente ubicado en una zona rocosa escarpada, en un entorno difícil, el castillo de Dunluce (al menos, lo que queda de él) es una parada imprescindible en tu viaje a Irlanda del norte. Se accede a él cruzando un puente. Hasta la fecha, se mantienen todavía en pie algunos muros y torres, y otras partes.
Bastión normando que data del s. XIV, el castillo de Dunluce era propiedad de los clanes escoceses antes de ser transformado en una residencia de estilo jacobita. También, perteneció brevemente a Winston Churchill. Como anécdota espeluznante, en 1639, una parte del acantilado se derrumbó, durante una noche de tormenta. Este incidente podría haber provocado la caída al mar de las cocinas y de sus cocineros.
A saber: a los pies de un lado del acantilado, se puede visitar la cueva de la sirena. Impresionante y misteriosa, ha sido la inspiración de muchas leyendas.