
Escocia puede presumir de contar con unas infraestructuras que figuran entre las más accesibles de Europa. Tanto en las grandes ciudades como en las Highlands, así como en los trenes, autobuses y barcos en los que te desplaces, podrás contar con un acceso más adaptado que en la mayoría de países.
En Edimburgo, Glasgow o incluso en Aberdeen, los transportes urbanos están adaptados para sillas de ruedas, con suelos móviles y un espacio reservado bastante cómodo. Desde hace poco, Edimburgo cuenta con un tranvía que une el centro de la ciudad con el aeropuerto.
Tanto en los restaurantes como en los pubs, el acondicionamiento de los aseos es ejemplar. Hay rampas de acceso y las barras de apoyo en casi todas partes. Si pasa cualquier cosa, podrás contar con los escoceses, muy cálidos y acogedores. Siempre estarán dispuestos a echarte una mano de buena gana.
Los trenes están bien adaptados para las sillas de ruedas. Sin embargo, el sistema ferroviario no está muy desarrollado. Aunque los coches sí que están adaptados, no todas las estaciones lo están. Siempre hay que reservar por adelantado y asegurarte que te recojan en los vehículos de la empresa de transporte y en la estación de llegada y de salida. Los trenes unen las principales ciudades, pero para ir a rincones más alejados hay que optar por el autobús.
Las principales empresas de autobuses son National Express, Citylink, Stagecouch y Megabus, que ofrece tarifas muy bajas, pero con una calidad del servicio acorde al precio. Al igual que en los trenes, los asientos para minusválidos son limitados, por lo que es muy recomendable reservar de antemano.
Como el litoral norte de Escocia está rodeado de islas pequeñas y grandes, como la de Skye, los ferrys suelen estar equipados para adaptarse a todo tipo de discapacidades. En los barcos de menor tamaño, es recomendable comprobar con la compañía cuáles son las medidas tomadas.
El acondicionamiento no es solo cosa de las grandes ciudades. Aunque los sitios turísticos históricos como los castillos no suelen tener accesibilidad para sillas de ruedas (está prohibido realizar grandes transformaciones en los edificios históricos), los sitios naturales como el Parque Nacional de Cairngorms o el Loch Ness sí que cuentan con infraestructuras adaptadas como lanzaderas, museos y, a veces, caminos para acceder a los sitios.
Para los aficionados al camping, llama la atención que la mayoría de los sitios de Escocia son ejemplares en cuanto a la inclusión de personas discapacitadas, con aseos especialmente concebidos para personas de movilidad reducida, con un acceso a nivel y una barra de seguridad.