Venir a Torridon es una idea estupenda si tienes ganas de un viaje de naturaleza ya que los paisajes son sobrecogedores entre el lago que lleva al océano Atlántico y las abruptas montañas que casi forman fiordos.
Estos munros, cumbres de más de 300 pies, conforman una serie de senderos muy apreciados para los excursionistas e incluso los montañeros, pues algunos picos son escarpados y hacen recordar a las montañas de los países nórdicos. De todas maneras, ten cuidado con el tiempo, pues el famoso microclima sigue existiendo.
El pueblo no tiene mucho interés ya que es demasiado pequeño, aunque tiene cierto encanto debido a la calma y silencio que desprende, de nuevo como sucede en los países nórdicos.
Por último, ven a Torridon, te aseguro que no te arrepentirás.