Visité varias veces Franschhoek, durante el día de la fiesta nacional francesa (el 14 de julio). Hay un pequeño festival, todo está decorado en azul, blanco y rojo, se bebe vino y se come queso, ¡igual que en Francia! Algo que ocurre el resto del año también: en el borde de la carretera, se ven grandes carteles que indican las propiedades que fabrican vino, coñac, queso y aceitunas.
El lugar es realmente encantador, con una pequeña iglesia blanca, acogedores restaurantes y bares con grandes terrazas, y galerías de arte, a lo largo de la calle principal. Los paisajes de viñedos rodeados de montañas son inusuales y realmente magníficos. ////// No traducido por referirse a los franceses y no tener sentido para un viajero español. ///// Con Stellenbosch y Paarl, forma el triángulo de oro de la región vinícola de Ciudad del Cabo.